El paro cardíaco súbito y el ataque al corazón son dos eventos relacionados con el corazón, pero tienen causas, síntomas y tratamientos diferentes. Ambos pueden ser graves y potencialmente mortales, pero entender sus diferencias y cómo manejar cada situación puede marcar la diferencia en la vida de una persona. En este artículo, exploramos qué los distingue, quiénes están en riesgo y qué medidas de seguridad podemos tomar para proteger nuestra salud cardiovascular.
¿Qué es el paro cardíaco súbito y qué lo causa?
El paro cardíaco súbito ocurre cuando el corazón deja de latir debido a una arritmia. Esto impide que el corazón bombee sangre al cerebro.
La falta de flujo sanguíneo al cerebro provoca el colapso. Las personas suelen desmayarse durante actividades físicas como caminar o jugar deportes.
El paro cardíaco puede ser causado por una miocardiopatía, común en jóvenes atletas. La miocardiopatía hipertrófica aumenta el riesgo de arritmias peligrosas, con una incidencia de 1 en 500.
¿Qué es un ataque al corazón y cómo se diferencia del paro cardíaco?
Un ataque al corazón ocurre cuando una arteria coronaria se bloquea y el corazón recibe menos oxígeno. Esto causa dolor en el pecho y dificultad para respirar.
Un ataque al corazón puede desencadenar un paro cardíaco. La falta de oxígeno puede generar arritmias como la fibrilación ventricular o la taquicardia ventricular, que impiden un bombeo eficiente del corazón.
¿Quién está en riesgo de sufrir un paro cardíaco o un ataque al corazón?
Menores de 35 años: El paro cardíaco súbito es más común en personas con miocardiopatías, especialmente en jóvenes atletas. La hipertrofia del músculo cardíaco aumenta el riesgo de arritmias.
Mayores de 35 años: En adultos mayores, el riesgo de ataque al corazón aumenta por enfermedades de las arterias coronarias. La hipertensión y la diabetes son factores contribuyentes.
Estilo de vida sedentario: Las personas que no hacen ejercicio regularmente tienen mayor riesgo de paro cardíaco. La falta de actividad puede llevar a hipertensión y obesidad.
Atletas de alto rendimiento: Aunque activos, los atletas de resistencia como triatletas y maratonistas deben ser monitoreados de cerca debido al esfuerzo extremo que ejercen sobre su corazón.
Medidas de seguridad y cómo actuar en caso de emergencia
Si presencias un paro cardíaco, llama inmediatamente al 911 y pide un desfibrilador externo automático (DEA). Si puedes, realiza RCP o compresiones torácicas.
Usar un DEA en caso de paro cardíaco es fundamental. Estos dispositivos proporcionan instrucciones claras y pueden salvar vidas al administrar una descarga eléctrica que restablece el ritmo cardíaco.
Realizarse exámenes físicos regulares es clave. Las pruebas como el electrocardiograma (ECG) y las radiografías de tórax ayudan a detectar problemas cardíacos.
¿Cómo prevenir y manejar los riesgos?
Mantener un plan de ejercicio adecuado es fundamental. Realizar actividad física regular mejora la salud cardiovascular y reduce el riesgo de eventos cardíacos graves.
Si tienes antecedentes cardíacos, realiza ejercicio con precaución. Mantén un ritmo cardíaco controlado y consulta con un médico para adaptar el plan de ejercicio a tus necesidades.
Fuente: Mayo Clinic
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