Cuando Nicole, una joven de República Dominicana, supo que esperaba una niña, eligió llamarla Montserrat, sin imaginar que este nombre tendría una conexión especial con Cataluña. Lo que comenzó como un embarazo complicado se convirtió en una carrera contra el tiempo para salvar la vida de su hija. Nicole tomó una decisión valiente: viajar hasta Barcelona para recibir tratamiento en el SJD Barcelona Children’s Hospital.
El diagnóstico que cambió todo
Durante los primeros meses, el embarazo de Nicole fue difícil. Sufrió malestares intensos, deshidratación y varias hospitalizaciones. A pesar de ello, las ecografías mostraban que el bebé estaba bien. Sin embargo, en la semana 30 de gestación, todo cambió. Una ecografía Doppler reveló que el corazón de la bebé estaba desplazado hacia la derecha.
En un primer momento, se sospechó una cardiopatía. Tras consultar con varios especialistas y realizar una resonancia magnética, se confirmó el diagnóstico: Montse tenía una hernia diafragmática congénita. Esta enfermedad grave ocurre cuando los órganos abdominales ascienden al tórax y comprimen los pulmones, impidiendo su desarrollo normal.
Buscar la mejor opción para Montserrat
En República Dominicana, los médicos recomendaron tratar a Montse después de nacer, ya que la hernia era moderada, pero casi severa. Nicole sabía que en su país no contaban con la tecnología necesaria para una intervención de este tipo. Por ello, le sugirieron dos opciones: España, donde son líderes en este tipo de cirugías, o Estados Unidos.
Desesperada, Nicole investigó opciones en España, Estados Unidos, Argentina y Colombia. Finalmente, eligió el SJD Barcelona Children’s Hospital. «Me dieron toda la información rápida y clara, lo cual es clave cuando el tiempo juega en contra», comenta Nicole.
El viaje a Barcelona y la intervención de Montse
Nicole llegó a Barcelona el 11 de octubre de 2024. Dos semanas después, nació Montse mediante cesárea programada. Desde el primer momento, la bebé recibió soporte respiratorio y, a los dos días, fue intervenida. El equipo médico recolocó los órganos desplazados —estómago, bazo e intestinos— y cerró el orificio en el diafragma.
La recuperación fue sorprendentemente rápida. Montse estuvo solo 18 días en la Unidad de Cuidados Neonatales, cuando lo habitual son al menos dos meses. «Es una campeona», dice orgullosa su madre.
Una experiencia que superó las expectativas
Nicole destaca el acompañamiento y la empatía del equipo médico. Le sorprendió que pudiera estar con su hija en todo momento, algo muy diferente a lo que ocurre en su país. «Pude dormir a su lado, cambiarle los pañales, abrazarla… No quiero imaginar lo que habría sido no poder estar con ella», afirma.
También valora el trato humano recibido. «Las enfermeras te hacen sentir cuidada. Si me veían triste, me consolaban, me ofrecían agua, me abrazaban. Gestos pequeños que me ayudaron mucho a no sentirme sola».
Ahora, Nicole y su familia esperan que Montse gane peso y mejore su capacidad respiratoria para regresar a casa.
Fuente: SJD Barcelona Children’s Hospital
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